VALDIVIA Y SUS CASAS DE CINE
Casas que inspiran cine
“Yo paso mi tiempo libre en el campo, en un lugar llamado Myasnoye, donde estoy la mar de bien. Amo la naturaleza, no la vida de las grandes urbes; por eso me siento plenamente feliz allí, lejos de la parafernalia de la civilización moderna. Pues bien, allí, el ruido del viento, del fuego, del agua está presente por doquier. Quien no haya prestado atención a esos ruidos se pierde una maravilla. Yo estaba decidido a emplearlos en ‘El espejo’. Tanto la atmósfera de la casa familiar como el mundo infantil y el entorno natural de muchas secuencias daban pie a la composición de sonidos y registros de ruidos de la naturaleza.”
(Andrei Tarkovsky, acerca de la película “El espejo”)
Las antiguas casas valdivianas fueron construidas por artesanos alemanes que llegaron allá por 1850, construidas en madera con ensamblajes sin clavos lo que permite una conservación óptima. Autenticas joyas arquitectónicas, a las cuales hemos podido acceder.
Casas que inspiran cine
La experiencia de poder rodar en antiguas casonas de madera, ubicadas en distintos sectores de la ciudad de Valdivia, ha resultado particularmente interesante en varios aspectos. Primero por constituir un tipo de arquitectura y manejo de los espacios que ya no podemos encontrar en la actualidad. Esto debido a que fueron diseñadas por antiguos artesanos, asentados desde el año 1850, provenientes de Alemania que traían un particular modo de trabajar la madera. Llama particularmente la atención el uso de mecanismos de ensamblajes que permitían construir sin clavos, este hecho facilitó en el tiempo que la conservación de ellas fuera óptima, puesto que, al no ser perforadas se soluciona el problema de la humedad y el anidamiento de distintos insectos, como las termitas. Pero, sobre todo, y desde el punto de vista patrimonial e histórico, conocerlas, nos regala la posibilidad de comprender el modo de vida familiar que en ellas se desarrollaron. El uso de los espacios estaba ligado principalmente a las estaciones del año y las distintas necesidades que cada temporada requería, como el aprovisionamiento de la leña para el invierno, la cosecha de la fruta del huerto en verano, la fabricación de mermeladas, chicha (sidra) de manzana y las conservas que aseguraban la fruta y verdura para el largo invierno austral. Cada una de estas actividades contaba con sus respectivos espacios de almacenamiento y conservación y determinaban una economía diferente a la que conocemos en la actualidad, aunque, afortunadamente, en algunas familias aún se ejecutan estos rituales profundamente arraigados en la cultura europea.
Lo que a su vez, ha resultado apasionante, es la posibilidad de grabar y construir escenas sólo con luz natural. Esto en principio es complejo de ejecutar, ya que la mayoría de las casonas presentan en sus interiores bajísimos índices de luz. Sin embargo, y para romper este escollo hemos adoptado la metodología de visitar los espacios muchas veces y a distintas horas del día. Llegar a saber cuáles espacios son invadidos por la luz por la mañana, cuales por la tarde. De qué manera la luz transforma los contornos arquitectónicos, creando atmósferas que remiten a la nostalgia o al drama. Descubrir pequeños y sutiles rincones y lo que pueden aportar a la historia, ha sido un gusto y un privilegio que lógicamente solo puede ser viable por el tipo de logística que desarrollamos, alejado de todo convencionalismo de la industria y la regulación del presupuesto. Aunque ha habido algunas excepciones, como cuando rodamos en la casa de la localidad de Máfil, de propiedad de la familia Kunstmann, con la cámara 4K y con un equipo mayor de gente.
Trabajar en estas casonas también ha significado poder utilizar los muebles y elementos de decoración, en algunas ocasiones haciendo adaptaciones en el mismo lugar, potenciando el set, desde sus propios elementos. Esto ha resultado maravilloso, sobre todo porque simplifica los costos de arte y le da un cierto aire de realidad y no de “atrezzo” a los planos rodados.
La generosidad de los dueños de estas casas para con nosotras ha sido extraordinaria, desde aquí nuestro agradecimiento por facilitar los rodajes y la enorme confianza que nos han concedido. Gracias.





