En esta saga de hermanos cineastas no podía faltar la pareja más relevante del cine europeo, los italianos Vitorio (1929) y Paolo Taviani, (1931) que con su última película, “César debe morir” (2015) volvieron a ponerse de plena actualidad ganando el Oso de Oro del Festival de Berlín. Lo extraordinario, es que la película, es el más difícil todavía, un autentico ejercicio de estilo y riesgo cinematográfico: nada más y nada menos que filmar dentro de una cárcel romana de máxima seguridad, a un grupo de presos que ensaya el “Julio Cesar” de William Shakespeare. Y tampoco se trata de filmar un ensayo sin más, no, se meten de lleno en esta hibridación tan actual que es mezclar lo documental con la ficción, con la realidad y la creación, a través de diálogos guionizados en boca de actores que se representan a sí mismos, hablando en sus propios dialectos.

«Cuando terminamos el rodaje, y enfilamos el pasillo hacia la salida, la libertad, los presos subían las escaleras hacia sus celdas. El actor que interpreta a Casio nos gritó: ‘Paolo, Vittorio, a partir de mañana ya nada será igual’. En ese momento solo tenía ganas de llorar, la libertad no hace libres a los hombres, solo hombres».

Fuertemente influenciados por el cine de Roberto Rosellini, los Taviani son sin lugar a dudas un referente en el cine mundial. Su primer gran éxito, “Padre Padrone” ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes (1977), es un relato brutal, basada en la novela autobiográfica de Gavino Ledda, que de muchacho lucha contra la tiranía de un padre que lo quiere pastor, la lucha por la educación, por la independencia, por el abandono de la miseria y de las injusticias. Rodada con muy pocos medios, en 16mm y pensada para la televisión, la película marca la consagración de Vitorio y Paolo como las voces de aquella izquierda de los años sesenta que reclamaba justicia para los pueblos.

No tenemos noticias si a día de hoy los Taviani están embarcados en un nuevo proyecto, desde aquí rogamos para que así sea, que la edad no acalle aún las voces de estos hermanos talentosos, luchadores y absolutamente imprescindibles en los tiempos inciertos que nos esperan.