MUJERES RODANDO
SOFIA COPPOLA
El cine que mece la cuna
Nacer en cuna de oro dicen que predispone a una vida de lujo, nacer en un torbellino de creación cinematográfica, viviendo la infancia en brazos de personajes dirigidos por un tal Francis Ford Coppola, es, como poco, una bendición, sino se transforma en una maldición. A día de hoy decir Coppola no nos remite solo al gran maestro, la figura de Sofia Coppola como guionista, directora de cine, diseñadora de vestuario y últimamente también, directora de ópera, pertenece ya al mundo cinematográfico con identidad propia.
Sus inicios la sitúan como actriz, algunos recordaran cómo la crítica especializada arremetió contra su personaje de Mary Corleone en El Padrino III, dirigida por su padre. Uno se pregunta, ¿a qué vino aquella reacción sanguinaria contra una actriz, casi niña? ¿Qué irritó tanto a los sesudos críticos de la época? Animo a revisar su actuación, que despojada de lo circunstancial, resulta maravillosa. La muerte de Mary Corleone en las escaleras de la opera no merecerá, probablemente, un Oscar, pero hay que reconocer que aquella niña de cabellera hermosa y labios carnosos se merecía, como poco, un respeto. Sustituyó a Winona Ryder que solo aguantó un día de rodaje, la prensa no le perdonó a Coppola que la haya sustituido por su hija y a día de hoy, aun se pueden leer perlas como esta: “reconozcámoslo, la Coppola es más fea que el bicho del “Depredador”…
Pero el Oscar vino de todas maneras. En el año 2003, su película “Lost in traslation” ganó un Oscar al mejor guión original, siendo nominada ella también como directora, la primera directora mujer estadounidense en ser nominada en esta categoría.
En el año 2000 dirige su primera película, “Las vírgenes suicidas” basada en una novela de Jeffrey Eugenides, guión que también firma ella.
La historia narra la fascinación de un grupo de chicos adolescentes de los años 70 por cinco hermanas adolescentes, rubias y guapas, fuertemente custodiadas por unos padres temerosos y fanáticos. Resulta sorprendente la capacidad de Sofia para captar la atmósfera de la época, la maestría de una debutante, que con 29 años es capaz de hacer uno de los retratos del paso de la adolescencia a la vida adulta más interesantes de la historia del cine.
Un cuento de hadas duro y poético, una historia donde las adolescentes se visten de princesas sabiendo que bailar con el príncipe solo les llevará a la muerte. Donde lo prohibido se transforma en un acto de rebeldía transitado en un camino sin retorno. Las vírgenes suicidas en una obra maestra, que según mi opinión, al machista mundo hollywoodiense le ha costado admitir como tal.
Después de cinco largometrajes Sofia Coppola comenzará a rodar en breve una adaptación de la película “El seductor” de Don Siegel (1971) . A priori la historia de un soldado herido que llega a un internado de señoritas en plena guerra civil, a las cuales va seduciendo poco a poco, creando un clima de celos y deseo resulta de lo más sugerente en manos de una realizadora que supo hacer de sus vírgenes suicidas un retrato feroz de lo claustrofóbico, del deseo reprimido, del misterio de lo femenino.
El despertar y madurez sexual de muchachas jóvenes, idealizadas como vírgenes intocables que sin embargo no podrán evadir el castigo por romper tabúes ha sido llevado al cine en muchas ocasiones, el aporte extraordinario de Sofia es su mirada desde su condición de mujer. La capacidad de retratar la complicidad entre mujeres, a través de pequeños gestos, miradas, es asombrosa.
Hace unas décadas el director australiano Peter Weir dirigió en el año 1975 la película “Picnic at hanging Rock” la historia de un grupo de chicas de un internado de señoritas que salen de excursión en el día de san Valentín, y se pierden misteriosamente para algunas, no regresar jamás. Una historia que Weir rueda con maestría y gran belleza, La película está basado en la novela de la escritora Joan Lindsey, y es considerada una novela de culto de la literatura anglosajona, los hechos narrados tienen la particularidad de llevar implícito el misterio de si realmente ocurrieron o son pura ficción. Lindsey y Coppola tienen muchos puntos en común, un envoltorio onírico, poético y hermoso que poco a poco comienza resquebrajarse para dar paso a la fragilidad de unos personajes femeninos que irán sin salvación a la tragedia.
Sofia Coppola, es sin lugar a dudas lo más interesante que le ha ocurrido al cine norteamericano de las últimas décadas. Un lujo.